La NASA intensificó la vigilancia sobre la Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS), una zona debilitada del campo magnético que afecta a Argentina y otras áreas de Sudamérica.
Aunque no implica riesgos directos para la salud, la anomalía puede dañar satélites, interferir con señales de radio y comprometer sistemas de internet y navegación.
Un estudio del NCEI y el BGS reveló que en 2023 esta región se desplazó 20 kilómetros al oeste y redujo su intensidad. Además, se estaría dividiendo en dos áreas, generando mayor inestabilidad magnética.
El fenómeno, que se atribuye al movimiento de metales en el núcleo terrestre, sigue siendo objeto de estudio. La comunidad científica insiste en continuar su seguimiento con herramientas avanzadas, ante la posibilidad de efectos tecnológicos globales.