Una nueva edición de la Fiesta Capital de la Uva y el Vino volvió a desplegar variados stands, música, exquisitos sabores y colorido en el Parque Artigas de Las Piedras.
El encuentro, tal como les adelantamos, reunió gastronomía, música, cultura y una reivindicación de la identidad vitivinícola canaria, dejando variados recuerdos y momentos de disfrute a quienes se acercaron el sábado.
El evento ofreció una amplia propuesta: concurso gastronómico, elección de la representante de la vendimia, plaza de comidas, feria de emprendedores, degustaciones de vinos, espectáculos de danzas tradicionales y un cierre musical con Matías Valdez, que hizo bailar con energía al público.
TRADICIÓN Y TALENTO
La fiesta comenzó en la carpa de la Intendencia de Canelones, donde se realizó la tradicional elección de la representante departamental de la vendimia. Las postulantes respondieron preguntas del jurado sobre cultura y conocimiento del sector vitivinícola.
La nueva embajadora de Canelones rumbo a la Fiesta Nacional de la Vendimia 2025 será Valentina Giménez, oriunda de Las Piedras, mientras que Camila Santos, de Colorado Chico, obtuvo el segundo lugar.
Luego llegó el turno del concurso gastronómico, un desafío culinario que tuvo como consigna incluir vino, uva o sus derivados entre los ingredientes. Diez participantes dieron vida a platos dulces y salados que, más allá del sabor, contaron historias y reflejaron creatividad y pasión por la cocina.
REUNIÓ MÁS DE 60 EMPRENDIMIENTOS
La feria de emprendedores, ya convertida en marca registrada de las celebraciones apoyadas por el gobierno departamental, reunió a 60 emprendimientos de distintos rubros. Desde productos artesanales hasta propuestas gastronómicas, la oferta fue tan diversa como el público que la recorrió.
Las bodegas de Canelones fueron grandes protagonistas: diez establecimientos locales ofrecieron sus vinos a los miles de visitantes que colmaron el predio, fortaleciendo el vínculo entre producción familiar y comunidad.
Entre los stands se destacaron Roina, emprendimiento de Sandra Scoponi, quien se dedica a la confección de atrapasueños, amigurumis, coleros y llaveros, artículos muy solicitados por el público.
También hubo propuestas como la de Maité Zoé, de María Bossi, quien exhibió creaciones en crochet, contenedores de madera reciclada y bolsos artesanales. “Más allá de las ventas, lo que más disfruto es ver a la gente entusiasmada y contenta”, comentó María en el sitio web de la comuna.
SABORES, AROMAS Y ESPÍRITU DE FIESTA
El toque gastronómico lo aportaron los food trucks con sus aromas y sabores, mientras que los clásicos vendedores de juguetes luminosos, algodón de azúcar y manzanas acarameladas evocaron ese espíritu festivo y familiar tan característico de las celebraciones locales.
Andrea Gómez, fotógrafa y emprendedora, destacó el valor de estos espacios: “Poder trabajar de lo que uno ama y mostrar el propio trabajo en eventos así es genial”.
Otro que se manifestó fue Johan Pintos, quien resumió la opinión de muchos: “Es una oportunidad para venir y compartir en familia”.
La noche culminó con un cierre musical de lujo, a cargo de Matías Valdez y su banda, que hicieron vibrar al público con sus clásicos y pusieron el broche de oro a una jornada donde la identidad vitivinícola de Canelones se unió con la calidez de su gente.