El presidente Zelenski exigió una postura más contundente por parte de Washington tras el bombardeo en Krivói Rog, donde murieron 18 personas, entre ellas niños de entre 3 y 17 años.
Zelenski señaló que "la reacción de la embajada estadounidense es desagradablemente sorprendente. Un país y un pueblo tan fuertes, y una reacción tan débil".
La embajadora Bridget Brink se limitó a manifestar estar "horrorizada" por el uso de un misil balístico, sin mencionar a Rusia como responsable. Zelenski cuestionó esa omisión: "Tienen incluso miedo de decir la palabra 'ruso'".